Los encargados de devolver la esperanza al rostro de una persona tras quemaduras profundas son los cirujanos plásticos. Lo anterior no es una tarea nada fácil, pues en esta región del cuerpo se encuentran 43 músculos que hacen posible su funcionamiento.
Bajo esta premisa, médicos y científicos argentinos han creado una máscara 3D capaz de hacer más ligero este proceso. Los titulares del proyecto es Hernán Aguilar y Horacio Mayer.
Es el modelo de la máscara 3D
El proceso de reconstrucción
De acuerdo a la información difundida por Noticieros Televisa, después de retirar del rostro del paciente todo el tejido dañado por las quemaduras, se toma un escáner en el que es posible observar sus rasgos faciales e imprimirlos en una máscara de ácido poliláctico, -un tipo de polímero biodegradable fabricado con maíz, remolacha, trigo y componentes de almidón-.
Luego de tener las muestras del rostro en tres dimensiones, se hace un diseño especial en una impresora 3D, más tarde, se aplica al paciente junto a una membrana artificial de origen bovino que se deja en el herido durante 21 días.
Las fases que juegan un papel importante en este proceso son la reconstructiva y de presoterapia, en las que primero se utilizan injertos naturales o de dermis artificial que se sujetan a la cara del paciente con gasas durante un mes y medio tras la quemadura.
Para este momento, las heridas ya se encuentran cicatrizadas y por ello habrá llegado la hora de colocar una máscara de acrílico fabricada con un molde de yeso que ejercerá presión en ciertos tejidos.
El primer paciente
La primera máscara de 3D fue probada en un paciente de 38 años con quemaduras en el 40% de su cuerpo, pero gracias a este nuevo método, tuvo resultados significativos en tan solo unos meses.
El uso de la máscara personalizada 3D durante un año, permitirá continuar modelando las cicatrices, mejorando así su color, textura y volumen.
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